Paola Andrea Ortiz Mendoza Escucha tu cuerpo. El cuerpo nos habla todo el tiempo y es el puente para la consciencia y el auto-conocimiento; si nos hacemos mas conscientes de ello, tendremos la capacidad de transformar nuestra realidad desde un estado de presencia.
¿Te estas escuchando?
El cuerpo como receptor de todas las experiencias que vivimos en la tierra, se convierte en una potente fuente de información acerca de nosotros mismos; en él encontramos las razones que nos pueden explicar el para qué y porqué de las distintas vivencias que tenemos en nuestra cotidianidad. Es tan sabio que nos habla constantemente y lo hace a través de las sensaciones fuertes o sutiles que siempre están presentes en la vida diaria informándonos acerca de lo que nos hace sentir cómodos o incómodos, fluidos o contraídos.
Estos mensajes la mayoría de las veces pasan inadvertidos porque hemos desconectado de nuestro cuerpo y muchas veces se genera la sensación de estar divididos, incompletos llegando a sentirnos extraños con nosotros mismos. Otra de las formas mas notorias de percibir lo que el cuerpo nos quiere comunicar es a través de los desequilibrios físicos y mentales o la enfermedad.
La enfermedad es el grito que el cuerpo lanza cuando lo hemos venido ignorando repetidamente; usualmente esperamos a lo máximo para atender y realizar los cambios que nuestra sabiduría interna a través de señales corporales nos ha estado mostrando en el transcurso de las experiencias. Aunque la enfermedad es dolorosa, incómoda e insoportable es una gran maestra que ha venido a enseñarnos y mostrarnos los aprendizajes acerca de nosotros mismos.
Te preguntarás cómo es que surgen estas señales corporales y cómo es que nos hablan?
Nosotros además de cuerpo, tenemos creencias y emociones; el bienestar y los desequilibrios que experimentamos están intrínsecamente asociados a ellas.
Es a partir de la unión de los pensamientos y las emociones que se configura nuestro modo de ser, estar y actuar en el mundo.
Las creencias en su mayoría subconscientes operan en un nivel profundo de nuestro ser y toman poder cuando se une con la emoción, ésta le da el combustible a la creencia para generar toda una serie de sentimientos respecto a nosotros mismos, los demás y las experiencias de la vida diaria. La conducta está mediada por las creencias y la percepción que tenemos de nuestro entorno también. La emoción es energía en movimiento y ” la expresión del sistema nervioso que se traduce en sensaciones físicas”. (Lea Kaufman).
La información sensorial llega a nuestro sistema nervioso central, y se integra con las memorias y estados de ánimo para generar respuestas cognitivas, emocionales y motoras que están mediados por los neurotransmisores que son sustancias químicas y se encargan de llevar la información de una neurona a otra. Cuando vivimos situaciones estresantes, el sistema nervioso se activa mandando una serie de señales que nos preparan de manera general para la lucha o la huida.
Las reacciones que tenemos dependen de este cóctel de emociones y creencias que se instalan en nuestro cuerpo en forma de tensiones, dolores entre otras manifestaciones. A partir de la conciencia que hagamos de nuestras sensaciones físicas respecto a las creencias y emociones que experimentamos, nos permitirá ir accediendo a nuestro ser interno promoviendo la apertura al autoconocimiento.
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Habitando el cuerpo
Para entender las señales que nuestro cuerpo nos proporciona es imprescindible entrar en un estado de presencia que se logra solo a través de él. Una presencia amable y amorosa y no desde la lucha. Se integra el movimiento y la atención constante de como estamos, y como nos movemos.
¿Cómo puedes hacerlo?
- Conectando con tu respiración: En el lugar en el que te encuentras ahora, en este preciso momento respira profundamente, fijándote como entra y sale de tu cuerpo, como tu pecho, tus costillas se expanden y se contraen. Imagina cuando inspiras como una hermosa flor se abre y cuando expiras como ella misma se cierra. Experimenta esto al menos por un minuto. Si tienes la opción de sentarte, pon tu espalda recta y haz el ejercicio.
- Observando las sensaciones corporales en tu día a día: Enfoca tu atención en los pies sobre el suelo y desde allí comienza a observarte, siente tu cuerpo, que sensaciones se presentan, donde hay dolor, tensión, es cómodo, incómodo, etc.
- Haciendo los cambios pertinentes cuando sientes las pequeñas molestias: Muévete, cambia de posición, estira por mas mínimo que sea el movimiento éste oxigena tu cuerpo. Realiza auto-masajes, siéntete.
Te invito a que escuches tu cuerpo es el puente entre el mundo interno y externo.
“Quien mira hacia adentro despierta, quien mira hacia afuera sueña” Carl Jung
Una vez despiertos, nuestra mirada externa se hace mas sabia y podemos contemplar y vivir lo interno y externo equilibradamente. Deseas aumentar la conciencia corporal y comenzar este camino de auto-conocimiento, nosotros podemos orientarte en esta importante labor. Al ser el movimiento el lenguaje del cuerpo, uno de los abordajes lo realizamos a través de la danza movimiento terapia en comunión con otras técnicas enfocadas a la conciencia corporal como el mindfulness, la meditación, que te permitirá conectar contigo mismo/a.
Para profundizar mas sobre el papel del cuerpo en el mundo, en los próximos artículos profundizaré en las creencias y las emociones, su origen y como éstas determinan nuestra realidad.
¿Te gustaría saber más sobre como generar estos grupos creativos, incrementar tu creatividad, conocerte mejor y relacionarte de una forma totalmente distinta?
