Quién diría que un virus tan pequeño cambiaría de un día para otro nuestros patrones de conducta, nuestras emociones, y la estructura mental y emocional de ver y afrontar la vida, aquella forma a la que estábamos acostumbrados y en la que nos sentíamos dentro de una zona de confort, aunque en muchos casos fuera displacentera. Hablamos hoy del Coronavirus y cómo manejar las emociones en tiempos de crisis.
Tiempos de crisis inéditos
En tiempos complejos como el que se presenta actualmente, es fundamental desintoxicarse de las noticias nefastas que cada día presentan los medios de comunicación.
Es importante estar informados, pero estar expuestos a una sobrecarga de información negativa se puede convertir en terrorismo psicológico. Hay que saber discernir acerca de lo que es importante conocer y qué puede llegar a perturbar, ya que estamos viendo patologías que en circunstancias normales no se presentarían y la cuarentena aún no termina.
Una autoreflexión necesaria
Te invito a desconectar por un corto tiempo y dedicarte a la autoreflexión y el autoanálisis, vernos de frente con nuestro verdadero Ser, nuestros deseos y escucharnos porque no hay otra opción, puede ser de gran ayuda en estos momentos.
Es importante tener en cuenta las recomendaciones de bioseguridad que constantemente informan profesionales capacitados por los diferentes medios de comunicación, sin caer en el abarrotamiento de información y causarnos malestar, en vez de bienestar. Ahora tenemos que empezar a restablecer el rompecabezas emocional de nuestras vidas y empezar a aprender a estar aislados, confinados y luchando contra lo más cercano a nosotros mismos: nuestros miedos internos.
Parece una montaña rusa frente a lo que nos encontramos actualmente: despidos, falta de energía interior en muchos casos y con la imposibilidad de poder realizar aquello a lo que tanto estábamos acostumbrados.
Ahora todo cambió
Nuestra cerebro estaba familiarizado con un juego de piezas, que de una u otra forma uníamos lo mejor que podíamos para tramitar o gestionar emociones acertadamente o no.Ahora todo cambió, y tenemos fichas nuevas sobre las cuales empezar a trabajar.
Los seres humanos tenemos la posibilidad de desarrollar herramientas como la resiliencia frente a situaciones de adversidad y cambios abruptos que parecieran desorganizar nuestro mundo. Un apropiado desarrollo de la resiliencia, nos permite reponernos y salir adelante, ya que una buena gestión de las emociones nos ayuda a mantener un sistema inmunológico en buenas condiciones y que nuestro organismo esté listo para combatir diversas patologías.
Expresarse es salir del aislamiento
«Contar es exponerse al peligro. Callarse es aislarse». – Boris Cyrulnik
Es momento para sacar toda aquella fortaleza interior, aunque pasemos por diferentes circunstancias que son desconocidas.
Precisamente ese miedo a lo desconocido puede paralizarnos, a lo que podríamos llamarle la zona del miedo, porque ya hemos visto cómo pasamos de la incertidumbre en muchos casos, haciendo compras compulsivas y con comportamientos de poca empatía hacia el Otro.
La sociedad en la que vivimos nos enseñó a no parar o detenernos, siempre corriendo y con la compulsión emocional de hacer cosas aun quejándonos de no tener tiempo. Ahora es el momento de parar, nos ha obligado un minúsculo virus, frente al cual algunos tienen más temor que a la misma guerra. Vienen cambios mucho mayores seguramente, así que intentar gestionar lo mejor que se pueda hace parte de nuestra tarea diaria. En muchas ocasiones el mayor temor es enfrentarse al propio silencio interior.
Soltar el control
Tenemos que evolucionar a la zona de aprendizaje para empezar a soltar el control de aquello que no está en nuestras manos, porque llegamos a una situación en la cual sentimos que nuestra propia existencia y la de las personas que amamos, está en peligro. Cuando hemos podido transitar de forma apropiada por cada una de las anteriores. Es cuando llega el crecimiento personal:
- empatizando con el otro y generando verdaderamente comportamientos de ayuda,
- viviendo y experimentando el presente sin angustias,
- pero especialmente, encontrando un propósito.
Aún faltarán muchas piezas por reunir y un largo camino hacia la búsqueda de la autorealización y el sentimiento de tranquilidad. Tengamos consciencia del trabajo sobre la salud mental y emocional.
El buscar sanidad en este aspecto, traerá consigo aprendizaje interior y el autodesarrollo de herramientas para afrontar situaciones de crisis. Como podría ser la actual, ya que encontramos personas que no soportan su propio silencio interior, salir de la rutina del día a día, o acostumbrarse a otros hábitos.
Ser conscientes
Seamos capaces de ser conscientes que velar por una salud mental y emocional equilibrada, es nuestra responsabilidad. Tenemos el deber y la obligación con esta generación y las que siguen, para enseñarles a reaccionar de forma asertiva y no instintiva.
La adversidad, los torbellinos de la vida, las desavenencias, todas aquellas situaciones que nunca esperaste y que de un día para otro ocurrieron sin siquiera esperarlas. Son los mejores maestros, especialmente cuando logras levantarte emocional, mental y espiritualmente, convertid@ en una mejor versión de la que eras antes.
En ese momento, tus sonrisas serán genuinas, únicas e irreemplazables: lo conseguiste, vale la pena seguir adelante. Impulsa el cambio en tu vida y descubre nuevos y maravillosos retos. Fortaleza, resiliencia, atrás miedo, si hay que empezar de cero: así lo haremos, no sería la primera vez.
¿Necesitas un acompañamiento en la gestión de tus emociones?