En la sociedad contemporánea y alborotada en la que vivimos, el ocio se ha insertado como un producto de mercado que nos ofrece relajación, diversión, experiencias y socialización. La importancia de desarrollar actividades de ocio es fundamental para mantener un bienestar mental y desarrollarnos como personas íntegras. En ese sentido y a raíz de la crisis en la que nos hemos visto envueltos, muchos de nosotros nos encontramos con un exceso de “tiempo libre”, sintiéndonos ociosos de manera negativa y culpables por no desarrollar alguna actividad productiva. Una buena idea es aprovechar esa cantidad de tiempo que de repente tenemos para realizar diversas actividades artísticas que antes no nos permitíamos hacer y que ayudan en nuestro desarrollo personal humano.
¿Qué es el ocio?
Podríamos decir que el ocio es el período que dedicamos a realizar actividades que no tienen que ver con el trabajo y cuyo principal propósito es disminuir el estrés y tener ocupada la mente en otras cosas que no sean las obligaciones impuestas. Si pensamos en eso, podríamos cuestionarnos sobre si le estamos otorgando el tiempo suficiente a actividades que nos hacen realmente felices. Si el ocio supone un escape de nuestra realidad, un desconectar de la mente para relajarnos, ¿deberíamos considerar dedicar más tiempo a desarrollar aquellas actividades que normalmente dejamos de lado por considerarlas “ociosas” e “inútiles”? Y es que debemos entender que no estamos ligados únicamente a una profesión u oficio, sino que nuestra esencia va mucho más allá de eso. La importancia de desarrollar actividades de ocio recae en dedicar tiempo a aquello que realmente nos entrega una sensación de placer y en donde nos sentimos nuevamente humanos, lejos de ser únicamente seres productivos. Este tiempo libre es ideal para desarrollar la creatividad, esa que nos ayuda a tomar conciencia de nosotros mismos, pero que muchas veces no le damos el tiempo necesario que nos gustaría.
Por qué desarrollar actividades de ocio como el arte
Ya hemos hablado anteriormente sobre los beneficios que tiene el realizar actividades artísticas, junto con otras que ayudan al desarrollo personal. El arte nos conecta más con el mundo en el que vivimos, ese mundo muchas veces invisible o, más bien, inefable. No se trata de que todos nos dediquemos a ser artistas profesionales, pero sí es importante poder experimentar la realidad que nos rodea a través del arte, ya que así cultivamos nuestra sensibilidad y curiosidad por el mundo. El arte hace más humana la existencia, nos hacer reflexionar, mirar con atención lo que nos rodea y, guiados por la intuición, expresar sin límites.
“La importancia recae en hacer más humana la humanidad. La necesidad de lo inútil le otorga al sujeto a moverse por su propio instinto, sin esperar un beneficio a cambio. Si constantemente perseguimos dicho beneficio, solo estaremos ayudando a crear sociedades enfermas y sin memoria, cuyo sentido no será más que la producción.”
La utilidad de lo inútil
Si revisamos la historia, podemos entender el valor utilitario que el arte tuvo durante muchísimo tiempo. No se enseñaba arte por ocio, sino por alcanzar un fin productivo. Su enseñanza y realización venía siempre acompañado de un bien “mayor”.
En el momento en que se hizo una separación entre arte y utilidad, y se logró entender como una actividad más ligada a la expresión propia del ser, se le quitó la importancia al arte ya que no se consideraba una actividad “seria” y práctica. Hoy en día, hay quienes consideran estas actividades como inútiles. Leer, realizar manualidades, escuchar o hacer música se asocian muchas veces como un “no hacer nada”, porque no nos otorgan un beneficio inmediato y, lo que es peor, un beneficio monetizable. Y es que estamos tan acostumbrados a la productividad y la rapidez en que todo ocurre, por los tiempos en que vivimos, que no se llega a profundizar en las cosas y nos quedamos muchas veces en la superficie. En una sociedad en que todo es instantáneo, poco importa la verdadera esencia del arte. ¿Debe tener una “utilidad” el arte o se trata más bien de actuar por intuición aunque eso parezca no tener sentido?
“…es necesario entender que las actividades que no sirven para nada podrían ayudarnos a escapar de la prisión, a salvarnos de la asfixia, a transformar una vida plana, una no-vida, en una vida fluida y dinámica, una vida orientada por la curiosidad respecto al espíritu y las cosas humanas.”
El ocio y la intuición
“La actividad lúdica consiste esencialmente en la gratuidad, la libertad y la autonomía. El juego es ante todo libre despliegue, alegría desinteresada, profusa y autoengendrada.”
Pensemos en los niños y en cómo estos se dejan llevar por la intuición. Todo lo transforman en un juego del cual no pretenden sacar ni un beneficio. Es su instinto el que los hace actuar y no hay una mente lógica de por medio que los haga cuestionarse o frenarse. La llegada de la adultez supone un adormecimiento de la infancia y con ello, del sentir, del fluir, de crear mundos mágicos y jugar sin razón. La infancia es el tiempo de la simplicidad, el reír y el experimentar son tan importantes como lo es el pensamiento lógico, y eso no nos hace menos formales, sino más íntegrales. Si le dedicamos más tiempo e importancia a desarrollar actividades de ocio y nos dejamos llevar por la intuición, estaremos alimentando nuestro niño interior y nos sentiremos más felices con nosotros mismos. Puedes leer este post anterior para descubrir los beneficios del juego en la edad adulta.
Referencias: Eisner, E. Educar la visión artística. 9 edición (2019) Ordine, N. La utilidad de lo inútil. 20 edición (2018)
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