¿Es útil escribir para cambiar patrones de pensamiento? A veces nos sorprendemos pensando cosas que no creíamos pensar, o haciendo un comentario del que después nos arrepentimos y que no sentimos nuestro. Algunos de estos pensamientos han sido interiorizados a lo largo de nuestra vida, sobretodo en estados tempranos, y quedan enraizados en nuestro subconsciente sin que nos demos cuenta. Quizá es algo que oímos decir a nuestro abuelo o algún profesor, o a menudo nuestros padres, y lo decían con tal convicción que era incuestionable.
No siempre es fácil detectar estos pensamientos, y menos todavía cambiarlos. “Tengo que trabajar más, aunque ahora gane suficiente dinero, no sé quando me puede faltar el trabajo”, “tengo que ganar más dinero o me considerarán un fracasado”, “esperan mucho de mí en el trabajo, ahora no me puedo permitir ser madre”, y otros tantos pensamientos que a veces nos generan mucho malestar porque no nos parecen justos pero no podemos evitar pensarlos. También en ocasiones, como autónomos, nos generamos una gran carga de responsabilidad, que muchas veces no viene dada por el cliente sino por nosotros mismos.
Hay algunas técnicas para detectar y cambiar estos pensamientos. Requiere paciencia, tiempo y mucho trabajo en uno mismo, pero vale la pena.
La escritura terapéutica es una herramienta muy utilizada en estos casos porque ha demostrado ser muy eficaz en procesos de reorganización del pensamiento.
En qué consiste la escritura terapéutica?
Hay varias formas de llevar a cabo este tipo de ejercicio. Escribir poemas, evidentemente es una forma. Pero aquí no pretendemos ser unos artistas así de un día para otro. En un principio, la escritura terapéutica consiste es escribir (óbvio) todo aquello que te pase por la cabeza. Sin filtro.
Un momento muy bueno para hacerlo es en el momento de levantarnos por la mañana, porque los pensamientos automáticos suelen estar más activos ya que el consciente todavía no se ha despertado del todo. Escribir un mínimo de tres páginas, a poder ser manuscritas, nos abre muchísimas puertas.
Algunos días no veremos nada, pero otros días nos sorprenderemos escribiendo cosas que nunca nos habríamos imaginado que diríamos. Especialmente en épocas de estrés elevado. En este punto es importante que sigamos con el ejercicio y lo convirtamos en un hábito. Es posible que nos genere alguna pequeña crisis, pero para eso lo hacemos. Las crisis son oportunidades de cambio, de crecimiento, de mejora. Y a la larga, nos aportará una gran sensación de logro personal.
Poco a poco, estaremos más abiertos y empezaremos a ser dueños de nuestras creencias y valores. Podremos adaptarlos a nuestros propios tempos y necesidades, y aprenderemos a verlo sin necesidad de escribir todos los días.
Cuando conseguimos llegar a un estado de apertura mental, nos resulta más fácil detectar estos patrones de pensamiento en el día a día. Pequeñas interacciones con personas en el supermercado, incluso lo que nos llega de un anuncio o de algo que leemos. Podemos llegar a detectar patrones en todos lados y esto nos da una información muy valiosa para poder seguir cambiándolos y creciendo como personas.
Si te gustaría saber más sobre la escritura terapéutica, no dudes es ponerte en contacto con nosotras.