Falon nos cuenta su experiencia con los ataques de pánico y cómo su práctica artística y la PNL le ayudaron a superarlas.
¿Cómo llegué aquí?
Desde muy pequeña me inicié en el mundo de la música. El violín era mi entrada y mi escape de todas partes. Más de 20 años transité en modo rutinario a través de salas de ensayos y conciertos, hasta que de repente ¡PUFF! Toda mi vida cambió.
De la noche a la mañana me cambió el suelo que pisaba, los amigos con quien hablaba y hasta el acento que escuchaba. Me encontré en medio de una migración forzada y sin vuelta atrás inmediata. Sólo me quedó preguntarme ¿Y ahora qué?
Pues empecé a echar mano de todo lo que había aprendido con mis padres y la primera herramienta a mi alcance era la PNL que me recordaba incesantemente:
“todos los individuos tienen todo lo que necesitan para el cambio”
Así que, sin más, mi eterno compañero, el violín, dejó de ser el protagonista de la historia y buscar una manera de traer el sustento a casa robó su lugar.
Sí, así como se lee, el que toda la vida me había dado de comer se quedó en una esquina de la habitación. Y yo, sin mas opción, eché mano de otros oficios. Lo que ignoraba en ese momento era que un problema más grande que yo cogía fuerzas y solo unos meses después llegó con el primer ataque de pánico.
Llegaron los Ataques de Pánico
El cuerpo entero temblaba, era un frío incontrolable y llegó con esos síntomas que hemos leído miles de veces en toda la Internet. Junto con él, llegaron los consejos:
– ¡Tienes que meditar!
– ¿Meditar?
– ¿Eso como se hace?
Bueno pues fácil – me decían – Siéntate en silencio y deja la mente en blanco. ¡Pues vamos! Nunca había intentado alguna cosa tan difícil. Cosas como
“¡Uff, lo logré!”
“No estoy pensando nada, espera, eso es un pensamiento…”
Todo eso cruzaba mi mente, aunque si, mientras más lo intentaba, mejor me iba.
Descargué podcasts, bajé apps, compré velas y “pare usted de contar”… Pero la verdadera revelación llegó hace apenas unos meses. Mi compañero de hazañas me coqueteó de nuevo. ¡Me invitaron a tocar en un concierto! Al principio, obviamente, dije que no, que estaba muy oxidada. Pero cual ex pareja, sabía mis puntos débiles y me convenció.
Mi Nirvana: la reconciliación – o el inicio de ella
Cumplí con los ensayos, me vestí para salir a escena y allí ocurrió. Creo que fue en medio de un Albinoni cuando me encontré apartando pensamientos ajenos al concierto, justo igual que al meditar. Al terminar la presentación lo supe, ese alivio posterior a una sesión de terapia, ese encuentro conmigo, nunca antes había buscado un zafu porque mi Nirvana estaba entre pentagramas y resina.
En ese momento entendí que los trances del arte son los mismos trances que ocupan a nuestra “monkey mind” al meditar, y estos son los que a su vez nos alejan de nuestros miedos.
Así que aquí estoy, contando poco a poco mis descubrimientos terapéuticos de como aliviar la ansiedad y el pánico con las mejores herramientas a nuestro alcance, porque definitivamente:
TODOS LOS INDIVIDUOS TIENEN TODO LO QUE NECESITAN PARA EL CAMBIO
Si les llama la atención el tema de las presuposiciones, los invito a darse una vuelta por esta web sobre la Programación Neurolingüística donde van una a una hablando de ellas. Pero en este espacio nos seguiremos viendo y seguiremos aplicándolas a diferentes espacios de la vida diaria.