¿Qué tienen en común las artes y la actividad física? ¿Cuáles son los múltiples beneficios que nos entregan estas disciplinas? En este artículo vamos a analizar por qué el arte y el ejercicio sirven para aumentar el bienestar personal.
“Descubrí que puedo vivir sin restaurantes, viajes, tiendas o autos. Y confirmé que no puedo vivir sin música, libros y películas. La diferencia entre volverse loco o mantener la cordura la otorga el arte. Por eso la cultura es un derecho humano de primera necesidad”
Leí esta frase hace pocos días y, para mí, tiene mucho sentido. El arte resulta ser un compañero ideal para conllevar los pensamientos negativos que abundan en nuestra cabeza, sirviendo como un descanso mental al trabajar con nuestras manos y nuestra creatividad.
Así mismo, expertos recomiendan la actividad física como una vía de escape que otorga beneficios positivos a corto y a largo plazo, los que nos ayudan a hacer más ameno el encierro y nos vuelven a conectar con nuestro cuerpo.
Cuerpo y mente: el deporte aumenta la creatividad; el arte, la concentración
Cuando necesitamos mantener la mente ocupada por algún motivo recurrimos a estas disciplinas para hacerlo. Al hacer ejercicio y crear arte, nos reconectamos con nosotros mismos, nos sensibilizamos y nos sentimos más vivos. Una no es independiente de la otra, sino que se potencian entre sí. Conectamos con nuestros sentidos y emociones a través de una mente más despierta y perceptiva. De hecho, muchas veces solo con salir a caminar y mover el cuerpo nuestra mente vuela a través de nuevas ideas e imaginarios. El deporte aumenta la creatividad; el arte, la concentración y, ambos nos entregan determinación y sentimientos de superación al proponernos y lograr metas.
“Algunos investigadores comparan la creación de arte con ejercicio para el cerebro e incluso sugieren que, de manera similar a cómo el ejercicio físico ayuda al cuerpo, crear arte puede ayudar a mantener la mente aguda y lúcida en la vejez”
Cuando pintamos, dibujamos, escribimos, o tocamos y escuchamos música, sucede que nuestros sentidos están puestos a disposición del acto creativo. Nuestras manos forman parte del proceso, así como nuestra vista y oído, obteniendo una absoluta concentración en lo que estamos haciendo y una consciencia corporal ligada a lo que queremos expresar. El resultado no es lo más relevante, sino los pasos que se siguen hasta llegar a él, ya que aumentan nuestra autoconsciencia.
Ocurre de igual manera cuando nos ejercitamos y movemos. Además, no es necesario que la actividad sea de alto impacto e intensidad, como muchos podrían pensar. El yoga y practicas más relacionadas con la meditación corporal también tienen efectos positivos en nuestra mente y cuerpo, mejorando nuestra autoestima y bajando los niveles de ansiedad. Si tuviéramos que elegir una forma de expresión que relacionara a ambas disciplinas, sería la danza: creamos con el cuerpo, somos conscientes de nuestra respiración, nuestra musculatura y nuestra flexibilidad, y a partir de ahí, expresamos ideas y sentimientos.
Por esto, cuando combinamos el arte con el ejercicio físico, conseguimos aumentar mucho más nuestro bienestar general. Mientras una nos ayuda a mantener la mente sana, la otra nos ayuda a mantener el cuerpo, teniendo efectos directas también sobre la salud mental.
Ver y hacer arte para aumentar el bienestar
“… en un mundo en el que todo se vuelve indistinto e irrelevante, en el que todo se vuelve insignificante y prescindible, el arte debe mantener distinciones de significado y, particularmente, el criterio de la calidad de la experiencia.” (1)
En experimentos realizados a partir del estudio cerebral en la University College of London (Art and the Brain del neurobiólogo Semir Zeki) , se descubrió que al observar obras de arte se estimula la misma parte del cerebro que al estar enamorados. Ver arte aumenta los niveles de la dopamina lo que produce sentimientos de placer intenso. Imagina entonces si eres tú quien realiza esa obra, ese sentimiento será aún mayor, acompañado de felicidad y confianza en tí mismo. No se necesita ser un experto, ya que es el proceso creativo lo que nos hace disfrutar realmente del acto creativo. Obtenemos un sentimiento de satisfacción y libertad de expresión al hacerlo.
Solemos pensar en el arte como un pasatiempo, le quitamos su importancia y hasta la señalamos como indisciplinada. Pero la educación artística nos ayuda a crear rutinas y mejora la capacidad de resolución de problemas.
“Las artes enseñan a los niños que los problemas reales suelen tener más de una solución posible, que es necesario analizar las tareas desde diferentes perspectivas, que la imaginación es una poderosa guía en los procesos de resolución o que no siempre existen reglas definidas cuando tienen que tomar decisiones.” (2)
Todos estos conocimientos se generalizan después a otros ámbitos de la vida, haciéndoles más capaces como adultos.
Música para aumentar el bienestar
Escuchar música provoca una gran variedad de estímulos cerebrales que influyen directamente en el estado de ánimo, el control del estrés, la ansiedad o la fatiga. Sus beneficios van desde lo emocional hasta lo cognitivo. La música suave reduce el dolor provocado por algunas enfermedades ya que provoca una importante liberación de endorfinas, consideradas un analgésico natural que hace que disminuya el ritmo cardíaco y respiratorio y favorece la relajación muscular. Además de escucharla, quien la practica mejora su memoria y atención, así como sus habilidades motrices, disminuye el envejecimiento cerebral y, para quienes sufren depresión, aumenta el optimismo.
“El arte no debería aumentar ni reforzar la desgracia humana, sino aliviarla. El deber del arte es concebir nuevos ideales y modos de percepción y experiencia y, por tanto, ensanchar y abrir los límites del mundo.” (1)
El ejercicio físico ayuda a regular los niveles de ansiedad
Además de mantener nuestra mente ocupada con prácticas artísticas, hay un agente importante a considerar y es la energía que tenemos acumulada. Del mismo modo que las prácticas artísticas nos ayudan a mantener la mente sana y activa, también nos ayuda el ejercicio físico. Ya sabéis, “mente sana corpore sano“. Por eso, para aumentar más el bienestar, es muy recomendable practicar tanto el arte como el ejercicio físico.
Cuando aparezca un exceso de energía almacenado basta con caminar unos minutos para bajar esos niveles energéticos y distribuirlos a lo largo del día. Si, en cambio, no los gastamos, la ansiedad se incrementará y probablemente estaremos irritables ya que nuestros estados de ánimo serán inestables y habrá más tiempo para que nuestra mente trabaje en pensamientos negativos.
Con el ejercicio liberamos tensiones: todo eso que hemos acumulado se gasta con la actividad física y, al final, obtenemos una sensación absoluta de placer. El cerebro se calma, baja sus revoluciones y podemos llegar a un estado de paz y claridad mental. Mejoramos al mismo tiempo nuestra concentración al estar con el foco puesto en la actividad a realizarse y terminado esto, tenemos un sentimiento de satisfacción porque logramos cumplir la meta, concluyendo que, además de sus beneficios físicos (muscular, respiratorios, etc) nuestra salud mental también se mejora al aumentar nuestra autoestima, confianza y seguridad en el entorno, en el otro y en nosotros mismos.
Los médicos recetan ejercicio físico para mejorar tu salud
Será por eso que algunos médicos optaron por recetar el deporte antes que medicamentos. Combatir el sedentarismo y las enfermedades que este conlleva a través de la actividad física parece ser la mejor opción. Ademas, cuando éstos se realizan en el exterior, los beneficios resultan aún más positivos ya que logramos una armonía al llevar una vida activa y en conexión con la naturaleza.
El ejercicio es opcional, pero el movimiento es esencial para el bienestar
Las actividades físicas más calmadas, como las técnicas de relajación, el yoga o el tai chi favorecen la secreción de endorfinas y son excelentes para reducir el estrés. Así mismo, salir a caminar o bailar, aunque sea unos minutos, cambiará tu estado de ánimo. El movimiento corporal nos entrega una visión de la vida más optimista. Las energías se mueven, los pensamientos se movilizan y se genera una sensación de bienestar en el cuerpo. La realización de ejercicio mejora el estado de ánimo, la calidad del sueño y disminuye la fatiga . Así mismo, nos genera una rutina, ayudando a combatir esa inestabilidad y desorden mental. Sus beneficios se mantienen durante todo el día, no solo al momento de ejercitarnos, por eso es que finalmente acabamos incluyéndolo a nuestras vidas como un hábito.
La importancia de estas disciplinas en nuestra sociedad
¿Debemos repensar, entonces, el considerarlas como disciplinas claves para el desarrollo humano? Para muchas personas, dedicarse a las artes o educación física no está al mismo nivel de un ingeniero o doctor. Se consideran a las primeras más bien como como profesiones simples y, hasta, como en las que no se necesita un nivel intelectual muy elevado. Muchos gobiernos parecen estar de acuerdo con esto y no invierten lo suficiente en estas áreas, olvidando que la cultura y el deporte son un derecho humano.
¡Empieza a moverte!
Desarrolla ahora alguna actividad que siempre quisiste hacer y que quizás antes no tenías el tiempo. Vuelve a conocerte, a reforzar aquello que realmente te hace feliz y disfrutar de lo simple, ahora que sabemos que no necesitamos mucho para gozar de la vida. Está claro que el arte y el ejercicio físico son fundamentales para mejorar la salud mental y aumentar el bienestar. Es por esto que durante este último tiempo se ha aconsejado dedicarles más tiempo y cada vez tenemos más a mano manuales y ayudas para realizarlas.
El arte y el ejercicio es lo que te hará estar bien, es lo más efectivo para aumentar tu bienestar, por eso tú haz lo que te gusta: canta, baila, pinta, toca la guitarra, sal a correr. Hay muchos tipos de arte y de ejercicio físico, experimenta y escoge aquél con el que te sientes más identificad@. Todo eso que te da placer y te genera alegría es tu arma más poderosa para poder llevar una vida plena y en armonía.