Actualmente, con las herramientas que tenemos al alcance de la mano, el número de fotografías digitales que realizamos al cabo del año se ha incrementado notablemente. Y los más pequeños no son una excepción a la hora de hacer “click”, por eso se hace imprescindible introducir a los niños en la fotografía respetuosamente.
¿Cuántas fotografías realizas al cabo del año?
El hecho de querer guardar el instante se ha convertido en un acto cotidiano más, que se realiza de forma casi inconsciente. Hace años nadie se hubiera planteado realizar más de 2.000 fotos al año, pero ésta es nuestra realidad actual. La mayoría de personas realizamos entre 2.000 y 10.000 fotos al año, por lo que nuestros hijos tienen interiorizada esta actividad como una acción diaria normal. Los pequeños de la casa aprenden de forma prácticamente automática a manejar cámaras y móviles. De bien pequeños hacen fotos, las envían, las modifican…
Pero, ¿nos estamos planteando que la fotografía puede resultar educativa y a la vez motivadora para los niños?
Ahora que ya sabemos los beneficios que aporta esta actividad a los más pequeños (os aconsejo que leáis el artículo de “Los beneficios que puede aportar la fotografía en niños” si aún no lo habéis hecho), os voy a explicar cómo sacar provecho e introducir a los niños en la fotografía respetuosamente.
Si muestra interés en la fotografía, ayúdale
Seguro que nuestros hijos, por imitación o curiosidad, ya han disparado más de una foto con el móvil o con una cámara cuando estamos de vacaciones.
En caso de que te pidan el móvil para disparar, o la cámara que lleves normalmente, en vacaciones y ocasiones especiales para captar cualquier momento u objeto que les ha llamado la atención, no se lo niegues. En todo caso, si te da cierto miedo dejarles el móvil o la cámara por si se les cae o sufre algún percance, acompáñale y ayúdale a captar el momento, igual para ti no es importante lo que quieren retratar pero seguro que para ellos es lo mejor que han visto durante el día y les hace gran ilusión dejar inmortalizado el momento.
Mejor con su propia cámara
Si pueden disponer de su propio equipo se sentirán más libres de crear, aprenderán a cuidarlo y a usarlo de forma consciente.
No hace falta que sea un equipo nuevo ni de última generación, mientras más ligero sea mejor, una máquina compacta que tengas por casa o si quieres comprar una, te aconsejo que elijas una muy sencilla. No le vamos a explicar de inicio parámetros, queremos que reflejen lo que ven y que expresen lo que más les llama la atención. Queremos que sea una herramienta de expresión personal, no de trabajo.
Una vez tengan su equipo, enséñale:
- Sostener la cámara de forma firme y segura para evitar movimientos y accidentes.
- No poner los dedos en medio del objetivo; las cámaras suelen ser grandes para sus manos y la cogen con tanta fuerza que siempre se escapa algún dedo en el encuadre.
- Cómo guardarla una vez haya acabado de hacer fotos, cuando ya no la necesite más.
Busca un sitio donde pueda guardar su equipo y lo tenga a mano para que pueda dejar volar su imaginación e interés siempre que quiera.
Los niños, al tener más tiempo de juegos y disponer de una mente más abierta, sabrán sacarle partido a una cámara siempre disponible y cerca de su alcance, lo único que debes enseñarle es a cuidarla para que pueda crear muchas imágenes.
Deja que los niños creen un mundo a su medida
Los niños tienen una visión muy personal del mundo, deja que expresen su forma de ver lo que les rodea sin intervenir demasiado, seguro que ellos te enseñan más a ti que tú a ellos. Su perspectiva cambia con cada toma, con cada movimiento, igual descubres ángulos y formas que ni te habías planteado y te muestran un mundo lleno de preciosas imágenes.
Visionando
Una vez haya realizado la fotografías, observa con él todo lo que ha querido retratar, que te explique cómo la ha realizado y lo que le gusta más de la imagen.
El visionado le motivará de forma natural a crear más imágenes. Ejerce una enseñanza sin exigencias, siempre respetando lo que piensa pues nadie mejor que él sabe lo que quería captar, tú sólo escúchale ya que la imagen forma parte de su criterio.
Imprime, imprime, imprime
No hay nada como la satisfacción de realizar una foto y verla en papel colgada en algún sitio visible de la casa.
A mi hija le encanta retratar a su cobaya, tiene su habitación llena de sus fotos, no hay nada como tener un compañero de juegos que se deja fotografiar. Para ella es un orgullo ver que ha creado imágenes preciosas de uno de sus mejores amigos.
Recuerda ante todo que los niños deben divertirse
No es una actividad en la que debamos impartir lecciones, se deben realizar actividades a través de las cuales sientan curiosidad, motivación y ganas de seguir practicando.
Si durante una de las sesiones el niño quiere dejar de disparar o no le interesa lo que estamos explicando, analicemos qué es lo que le ha llevado a ese estado de desánimo. Quizás la actividad no era adecuada para su edad o puede que necesite realizar un descanso, vamos a respetar sin forzar, es una actividad que se acabará realizando como hobby.
A medida que vayan aprendiendo busca, investiga y motívale a realizar cursos y leer libros relacionados con la fotografía; el límite estará en la motivación e interés que el niño muestre. Así, desde tu escucha e interés, puedes introducir a los niños en la fotografía respetuosamente, entendiendo mucho más de lo que a veces nos dicen con la palabra.
¿Le has dejado ya la cámara a tus niños?
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